En diversas oportunidades la poesía de César Vallejo nos hace sonreír con juegos de significación afincados en una ironía que es, a la vez que muy propia, manifestación social y cultural. Por ello, en ciertos poemas la exacerbación del absurdo será la muestra de un sentido y estilo de humor que serena situaciones graves. En muchos otros, la eficaz ironía parodia y desmonta discursos autoritarios, se mofa de la estulticia de las formas sin alma e intensifica la crítica ante una realidad insatisfactoria y excluyente. Y en todos los casos, es una sonrisa que nos deja pensativos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh03hO4j7D07VwyrCtpR6s2Tul6EtsdSfNeSdirDiFeODWGVd_i333Z2Siuylq-oswIGH9uGqhMTUDexGlN6iKO94tdK3-zGJkKJCQ5FIXeqBbBBjKwyZspqjLgM4Rqy4imtBZjlhBtP2k/s320/images.jpeg)
¿Por qué el humor en Vallejo?
Vallejo es el poeta de la solidaridad con los pobres y desamparados. Vallejo cree, tiene fe en la utopía que cambiará la vida. Unido a esto o más precisamente debido a esto en su poesía se halla las más variadas emociones y el humor no podía estar ausente. Creo que en Vallejo el humor irónico no es una presencia pasajera sino que aparece en diferentes momentos de su obra y estoy convencida que es manifestación de la libertad de su espíritu concretada, además, por su extraordinaria independencia lingüística.
En Vallejo muchas veces vemos una forma de observar la vida que implica un humor lleno de afecto por las criaturas más débiles y lo encontramos nítidamente, desde Trilce, aunque para algunos, como César Ángeles, Vallejo explaya su humor sobre todo en Poemas humanos, donde “La actitud de cáustica ironía hacia ciertas condiciones del ser humano va aunada con un abrazo fraternal.”[1] “Amado sea el que tiene chinches,/ …/… /el que se coge el dedo en una puerta/ el que no tiene cumpleaños,/ el animal, el que parece un loro, / el que parece un hombre, el pobre rico, el puro miserable, el pobre pobre.”